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En Brasil, un hombre jubilado encontró a un pingüino mal herido y no dudó ni un segundo en ayudarlo.
Cuando Joao Pereira, de 67 años, se encontraba pescando en una playa de Río de Janeiro en 2011, notó que un ave estaba en mal estado y cubierta de petróleo entre las rocas.
El hombre en toda su generosidad decidió rescatarlo y cuidarlo durante una semana hasta dejarlo en perfectas condiciones. Se trataba de un pingüino de Magallanes que se había desorientado.
Luego de devolverlo al mar completamente sano, Joao pensó que jamás lo volvería a ver, pero no fue así. A los pocos meses de ser liberado el pingüino, bautizado como “Dibim”, recorrió 5.000 millas para reunirse con quien le salvó la vida y así lo ha hecho los últimos años.
“Dibim” pasa ocho meses con su cuidador y recibe un dieta especial para mejorar la resistencia y fortaleza del ave, quien no se deja tocar por otras personas que no sea Pereira. El hombre dijo: “Lo quiero como si fuera mi hijo y creo que él también me quiere”.
